PESCAMOS EN: Club de Pescadores de la Ciudad de Buenos Aires – C.A.B.A
INTRO
Diciembre es un mes en el que la variada estival ya se ha acomodado al clima. Este verano recién llegado arribó con temperaturas casi otoñales y con exceso de vientos del cuadrante sur, lo que no siempre es bueno para las pescas de esta parte del año.
Y DALE…
Durante la semana fui pergeñando la salida de pesca, siempre mirando de reojo al clima. Temperatura fresca y viento del sudeste… otra vez!
Esta temporada se caracteriza por la buena pesca de dorados en el Río de la Plata, incluso con señuelo. Así que preparé una batería de artificiales como para ver si tendría la dicha de «pinchar» algún «lingote». Y como plan B por si algo fallara, nada desdeñable: intentar la pesca de bogas con elementos súper livianos.
MALA ESPINA
Al llegar al gran muelle me percaté del río muy alto producto del intenso viento del sudeste. Pregunté a algunos socios y marineros del Club si había actividad de dorados y la respuesta fue «hasta ahora, ni uno solo en todo el muelle»
Con el optimismo propio de todo pescador preparé un equipo de Bait Cast y comencé a hacer acuatizar todo tipo de señuelos abanicando el río, pero haciendo especial presencia en cercanía de los pilotes del muelle, donde suelen apostarse los dorados para cargar sobre los incautos forrajeros del lugar.
Dos horas sin un solo pique, consultando a cuanto socio que regresaba del morro si había noticias del pez en cuestión obteniendo la misma respuesta: «hoy, ninguno».
SIN TOSUDEZ
Cerca del mediodía almorcé y noté que el viento aumentaba su intensidad a la vez que rotaba hacia el este. De a poco, y amainando, se «acomodó» en el noreste y las condiciones fueron cambiando. La temperatura ascendió y el río se puso especial para la pesca de bogas.
EQUIPO Y CARNADAS
Ni lerdo ni perezoso armé un equipazo súper liviano: una caña St. Croix Triumph X 6,6 pies y 4/10 lb., (un elixir ideal para buscar sensaciones de pesca) acompañada por un microreel Okuma Ignite cargado con monofilamento de 0,28 mm. y línea VDV Escama armada con anzuelos Katashi Maruseigo 14, lastrada con una plomadita de no más de 20 g.
Las carnadas: daditos de salamín y granos de maíz remojados previamente, ambos cebos fueron procesados incorporándolos con antelación en aceite de maíz, una pizca de comino y pimentón, encarnándolos de una sola pasada como se puede observar en la imagen.
Y ASÍ CAMBIÓ EL PANORAMA
Con el río más calmo y la tarde templada las bogas se decidieron a comer.
En dos horas obtuve dieciséis ejemplares, la mayoría de no más de 25 cm. Pero entre ellos, capturé tres «de las lindas».
Como es nuestra costumbre cuando pescamos en el Río de la Plata, y sobre todo cuando lo hacemos en la franja costera, realizamos la pesca con devolución regresando cuidadosamente al agua a cada uno de los ejemplares capturados.
FIN DE LA JORNADA
Creo que habiendo adaptado las pretensiones a la propuesta del clima y del río, fue una muy buena tarde de pesca. La boga es una especie combativa y muy enérgica. Pescada con elementos livianos como los que utilizamos, ofrece grandes satisfacciones.
AGRADECIMIENTOS
TECH TACKLE – Por la provisión de equipos y accesorios.
PAYO ARGENTINA – Por la indumentaria y anteojos.
Al CLUB DE PESCADORES DE BUENOS AIRES – Por la calidez de siempre.